martes, 7 de julio de 2015

El diccionario del autoengaño



Auto engañarse es uno de los verbos más practicados aunque
 menos admitidos en el diccionario de la cruda realidad. Nos auto engañamos, continuamente, nos auto engañamos y pensamos que a la vez engañamos a quien nos rodea pero no es así….. Por eso, esas personas se encargan de  utilizar un buen alfiler para estallar la burbuja con la que solemos jugar y nunca explotamos. 


En el diccionario de los autoengañados, no existe la expresión “tirarse a la piscina”. Ellos lo llaman “dejarse llevar y a ver qué pasa” sin darse cuenta que han dejado su corazón abierto de par en par, con una diana de color fosforito pidiendo a gritos que acierten. Cuando uno reabre su corazón hacia el mismo frente, hacia su ex frente, dejan su corazón herido totalmente al descubierto. Se creen que juegan con una enorme coraza y que simplemente se dedican a ver qué pasa, sin darse cuenta que la mínima desilusión les va a hacer trizas.  Y según pasan los días, ese tiro al blanco cada vez es más fácil de alcanzar, de ser dañado, pero se contentan con decir “yo estoy bien así, si acaba bien guay, y sino también”. Lo que no saben, es que el dolor anterior sería insignificante en comparación con el dolor que podría resurgir con el nuevo intento.

Ellos nunca dicen “hemos vuelto” si no “estamos volviendo a hablar”. Se creen que una etiqueta define toda una peripecia y que cubrirse las espaldas es proteger su corazón. No se dan cuenta que las conversaciones mantenidas son iguales que las de antaño, pero con mucho más en juego y con muchas menos definiciones. Los mismos planes tienen otro sabor porque creen que no los viven tan intensamente, porque tienen una coraza y creen estar preparados para asumir que si es el último plan, estarán bien, porque “no hemos vuelto, estamos volviendo a hablar”.


-Auto engáñame-


No hay comentarios:

Publicar un comentario